
En 2024, Luisiana se unió a un número creciente de estados que imponen límites sobre cómo los estudiantes pueden usar los teléfonos celulares en las escuelas. La nueva ley, que entró en vigor en el año escolar 2024–2025, afecta a todas las escuelas públicas del estado. Para padres, estudiantes y maestros, entender lo que dicen estas reglas—y cómo se aplican—es esencial. Si también le preocupa la seguridad estudiantil en general, consulte nuestro artículo relacionado sobre los 10 accidentes escolares más comunes y qué pueden hacer los padres de Nueva Orleans a continuación para ver cómo las políticas sobre teléfonos celulares pueden interactuar con otros problemas de riesgo escolar.
Lo que dice la ley
La nueva ley (R.S. 17:239(A)) exige que los estudiantes no puedan tener teléfonos celulares u otros dispositivos electrónicos consigo durante el día de instrucción. Eso incluye relojes inteligentes, tabletas y otros dispositivos de comunicación. Si un estudiante lleva un teléfono a la escuela, debe estar apagado y guardado en un casillero, mochila u otro lugar seguro. Simplemente tener el teléfono en un bolsillo, aunque no se esté usando, es una violación.
Hay excepciones para estudiantes con necesidades documentadas bajo un Programa de Educación Individualizado (IEP), un plan 504 o un Plan de Salud Individualizado. Además, la ley permite el uso del teléfono en una emergencia, como cuando la seguridad está en riesgo y es necesaria una comunicación inmediata.
Por qué se introdujo la prohibición
Legisladores y educadores impulsaron esta ley para reducir las distracciones en las aulas, limitar las oportunidades de ciberacoso y aliviar la carga de los maestros que dedican tiempo valioso a vigilar el uso de teléfonos celulares. Los defensores también señalaron que los estudiantes se benefician social y académicamente cuando los teléfonos no compiten constantemente por su atención.
Sin embargo, los críticos argumentan que los teléfonos celulares brindan tranquilidad a los padres, especialmente durante emergencias. Otros se preocupan por la logística de almacenar los teléfonos de manera segura y hacer cumplir las reglas de forma consistente en diferentes escuelas y distritos.
Cómo las escuelas están haciendo cumplir la ley
Dado que la ley se aplica a todas las escuelas públicas de Luisiana, los distritos locales han estado ajustando sus políticas para alinearse con ella. En la mayoría de las escuelas, la política es sencilla: los estudiantes deben apagar sus dispositivos y mantenerlos fuera de la vista durante todo el día.
Algunas escuelas han añadido opciones de almacenamiento como bolsas con cerradura, casilleros para teléfonos o contenedores designados en las aulas. Otras confían en que los estudiantes mantengan sus teléfonos en sus mochilas. Si un estudiante es sorprendido usando o incluso llevando un teléfono consigo, la escuela puede confiscarlo hasta el final del día o requerir que un padre lo recoja. Las violaciones repetidas pueden llevar a consecuencias más serias como detención o suspensión, dependiendo de las reglas del distrito.
Qué significa para padres y estudiantes
Para los padres, la ley significa ayudar a los niños a adaptarse a nuevos hábitos. Los estudiantes deben acostumbrarse a apagar sus teléfonos antes de que comience la escuela y guardarlos donde no se sientan tentados a revisarlos. Los padres pueden necesitar recordar a sus hijos que la oficina de la escuela sigue siendo la mejor manera de contactarse durante el día si surge algo urgente.
Las familias con niños que necesitan dispositivos por razones de salud o comunicación deben trabajar con la escuela con anticipación para asegurar que esas adaptaciones estén documentadas y aprobadas. Una comunicación clara con maestros y administradores ayudará a evitar problemas innecesarios.
Mirando hacia adelante
Como esta ley aún es nueva, las escuelas continúan adaptando sus prácticas de aplicación. Algunas pueden tener dificultades con la consistencia, mientras que otras pueden buscar soluciones creativas para mantener los teléfonos seguros sin añadir cargas al personal. Con el tiempo, el estado y los distritos escolares pueden hacer ajustes basados en qué tan bien funciona la política en la práctica.
Por ahora, el objetivo es simple: crear aulas más enfocadas, equitativas y libres de la distracción constante de los teléfonos. Trabajando juntos, padres, estudiantes y escuelas pueden facilitar la transición y apoyar un ambiente de aprendizaje donde la atención se mantenga en la educación.
Preguntas frecuentes
¿Puede mi hijo llevar un teléfono a la escuela en Luisiana?
Sí, pero el teléfono debe estar apagado y guardado. Los estudiantes no pueden tener un dispositivo en el bolsillo ni usarlo durante el tiempo de instrucción.
¿Hay excepciones a la prohibición de teléfonos celulares?
Los estudiantes con adaptaciones aprobadas bajo un IEP, plan 504 o plan de salud pueden usar dispositivos cuando sea necesario. Los teléfonos también están permitidos en emergencias reales.
¿Qué pasa si mi hijo usa su teléfono en clase?
Las consecuencias varían según el distrito, pero las escuelas pueden confiscar el teléfono, requerir que un padre lo recoja o imponer acciones disciplinarias por violaciones repetidas.
¿Por qué Luisiana prohibió los teléfonos en las escuelas?
La ley se introdujo para reducir las distracciones en el aula, limitar el ciberacoso y mejorar el enfoque en el aprendizaje.